Otoño
¡Qué dulces las uvas dulces!...
¡Qué verdes tus ojos claros!...
Tú me mirabas, mirabas:
yo comía grano a grano...
Y, de pronto, te inclinaste,
y me tomaste en los labios,
húmedos de zumo y risas,
un beso goloso y largo.
ÁNGELA FIGUERA
No hay comentarios:
Publicar un comentario