Després de soterrada la tendresa
Després de soterrada la tendresa
vàrem llençar els pètals de la neu, que afegia
més gel, al que amagava la glaçada disfressa
on l'au del vidre congelat vivia.
Turmells de ballarina, amb les venes dolentes.
El caliu quiet i ocult. Les mans creuades.
Cent buits per avançar a les palpentes.
A cor nu de la flama, les donzelles cremades.
Al soterrar anàrem. Eixam de nines tortes
-un ull al frigorífic- estenia
veus de paper, paraules plastificades, mortes.
En secret el sepeli. Com calia.
MARIA BENEYTO
sábado, 2 de junio de 2012
miércoles, 30 de mayo de 2012
Poesia de:Juan Rejano
La rueda de la paz
A la rueda
del pipirigayo.
Niños de la tierra,
unid vuestras manos.
A la rueda rueda
del ajonjolí.
Unid vuestras manos
para no morir.
A la rueda rueda
del miramelindo.
Si la guerra viene,
morirán los niños.
A la rueda rueda
que no rueda más.
Paz para los niños.
Paz!
JUAN REJANO
A la rueda
del pipirigayo.
Niños de la tierra,
unid vuestras manos.
A la rueda rueda
del ajonjolí.
Unid vuestras manos
para no morir.
A la rueda rueda
del miramelindo.
Si la guerra viene,
morirán los niños.
A la rueda rueda
que no rueda más.
Paz para los niños.
Paz!
JUAN REJANO
Poesia de:Ángela Figuera
Otoño
¡Qué dulces las uvas dulces!...
¡Qué verdes tus ojos claros!...
Tú me mirabas, mirabas:
yo comía grano a grano...
Y, de pronto, te inclinaste,
y me tomaste en los labios,
húmedos de zumo y risas,
un beso goloso y largo.
ÁNGELA FIGUERA
¡Qué dulces las uvas dulces!...
¡Qué verdes tus ojos claros!...
Tú me mirabas, mirabas:
yo comía grano a grano...
Y, de pronto, te inclinaste,
y me tomaste en los labios,
húmedos de zumo y risas,
un beso goloso y largo.
ÁNGELA FIGUERA
Poesia de: Francisco Brines
Magreb
Bajo el cielo, de pronto, el oasis perenne.
Eran las tierras rojas, y el río, lenta sierpe.
¡Qué fresco el palmeral con los olivos verdes!
Volaban las palomas en banderas clementes.
Habían florecido los rosales silvestres.
Dispersos, tres muchachos con túnicas celestes.
FRANCISCO BRINES
Bajo el cielo, de pronto, el oasis perenne.
Eran las tierras rojas, y el río, lenta sierpe.
¡Qué fresco el palmeral con los olivos verdes!
Volaban las palomas en banderas clementes.
Habían florecido los rosales silvestres.
Dispersos, tres muchachos con túnicas celestes.
FRANCISCO BRINES
martes, 15 de mayo de 2012
Poesia de: Rafael Alberti
Cabalgar sobre la mar
¡Quién cabalgara el caballo
de espuma azul del mar!
De un salto,
¡Quién cabalgara la mar!
¡Viento, arráncame la ropa!
¡Tírala, viento, a la mar.
¡Amárrame a tus cabellos
crin de los vientos del mar!
De un salto,
quiero ganarme la mar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)